En 1914, La Duquesita abre en la calle Fernando VI y comienza la historia de una pastelería emblemática en Madrid, distinguida por sus postres y dulces artesanos.
Desde sus inicios, la pastelería se asocia a calidad y tradición. En los años 30, Romualdo Santamaría se hace cargo de La Duquesita, a quien sucede su hijo y posteriormente su nieto, con quien el establecimiento se convierte en centenario.
A pesar de su historia, en junio de 2015, La Duquesita cierra por primera vez desde sus inicios y concluye, con ello, una primera etapa de su historia. Pero se trata de un cierre temporal. Seis meses después, el 30 de diciembre de 2015, La Duquesita vuelve a abrir en Madrid de la mano de Oriol Balaguer, que retoma el proyecto con el objetivo de mantener la tradición.
Con este compromiso, Balaguer crea una nueva carta para La Duquesita donde conviven los sabores tradicionales, los postres de temporada, los dulces artesanales, las nuevas creaciones y una amplia propuesta de bombones y chocolates.
La Duquesita –cuya fachada sigue presidida por el grabado original “bombones y caramelos finos”–, evoluciona para recoger, también en la tienda, el nuevo concepto de Pastelería-Bombonería y profundizar en su espíritu tradicional y centenario.
La Duquesita sigue manteniendo los mostradores, vitrinas y espejos originales que fueron rehabilitados antes de su reapertura y también su gran lámpara central e incorpora nuevos elementos de perfil clásico: un suelo blanco con motivos geométricos negros, una barra y mesas en mármol negro, y ligeros elementos en latón pulido, en línea con los existentes.
En 2021, La Duquesita abre, contiguo al espacio original, un Salón de Té para reforzar la experiencia en la degustación de su producto.
Además de las referencias emblemáticas dulces y saladas, en el nuevo espacio tienen protagonismo los bombones, con un amplio surtido para que el usuario pueda elegir y hacer su caja completamente personalizada; las trufas en diferentes tipos de chocolate y los Macarons.
Se trata de un Salón de Té y de una bombonería de inspiraciones clásicas que recrea el exterior de la primera tienda, con suelo urbano, toldos, pintura cenital, elementos de latón y sobre todo y en especial, una gran vitrina que ya desde la entrada invita a disfrutar y recuperar la tradición de la bombonería.